Donald Trump minimizó las investigaciones en su contra por presuntos pagos indebidos, en el inicio de su campaña presidencial en Waco, Texas, localidad donde hace 30 años una secta armada se enfrentó a las autoridades federales.
«El fiscal del distrito de Nueva York, bajo los auspicios y la dirección del ‘departamento de la injusticia’ en Washington DC, me estaba investigando por algo que no es un crimen, no es un delito menor», dijo el exmandatario estadounidense ante sus partidarios, en el aeropuerto regional de Waco.
El expresidente aseguró hace poco que sería «arrestado» -hecho que no ocurrió- el 21 de marzo en Nueva York en un caso que involucra el pago de 130.000 dólares a la actriz porno Stormy Daniels, justo antes de las presidenciales de 2016, presuntamente para que evite hablar de una supuesta relación amorosa entre ambos.
Trump, que el sábado reiteró que competirá en las elecciones de 2024, niega los cargos.
El caso, en manos de la fiscalía, podría haber violado las normas que rigen el financiamiento de las campañas electorales y derivar en una acusación penal contra el expresidente de 76 años, casado con Melania Trump.
Para el expresidente, se trata de «una cacería de brujas y una investigación falsa tras otra». Miles acudieron a verlo, pero no llegaron a ser los 15.000 asistentes que las autoridades locales habían previsto.
– «Maníacos de izquierda» –
Trump ha arremetido contra los fiscales que investigan casos en su contra, a quienes considera una «escoria humana» o «maníacos de la izquierda radical».
Sus seguidores llegaron a Waco al menos un día antes en casas rodantes, camionetas y portando banderas con las frases «Trump 2024» y su ya famoso lema «Make America Great Again» (Haz Estados Unidos grande otra vez), en esta ciudad de 130.000 habitantes al sur de Dallas.
Otro cartel dice que los demócratas, sus rivales políticos, «son comunistas». En las afueras del aeropuerto también se vendieron camisetas con la frase «Dios, Armas, Trump en Waco, Texas».
Waco es el «epicentro del movimiento patriota», estimó Peter Christian, de 55 años, colaborador de la agrupación religiosa Davidianos de la Rama, ahora llamada «The Lord Our Righteousness» (El Señor Nuestra Rectitud).
En 1993, el mundo estuvo pendiente durante 51 días, entre fines de febrero y mediados de abril, del asedio del FBI a un rancho de los Davidianos en Waco en el que se habían atrincherado seguidores armados de su líder David Koresh.
Setenta y seis miembros de la secta, incluidos Koresh y 20 niños, fueron encontrados muertos después del incendio del rancho. También murieron cuatro policías durante enfrentamientos con sus seguidores semanas antes.
En el lugar del incidente, donde ahora se erige un memorial, flamean las banderas de «Trump 2024».
Trump no se refirió al hecho. Su portavoz, citado por la prensa, dijo que se eligió Waco por su ubicación céntrica y su fácil acceso desde otras ciudades en el estado.
– «Nuestro salvador» –
La presencia de Trump es estimulante para sus simpatizantes, cuando no todo el Partido Republicano lo apoya. Durante el mitin, la jubilada húngaro-estadounidense Marianna Bodrogi confesó que es «la primera vez» que lo ve en persona. «Lo amo, es nuestro salvador», dijo la mujer de 69 años.
La médica Felicia Macik, de 54 años y residente en Waco, dijo que la presencia de Trump les permite «prepararse para avanzar hacia la nueva temporada electoral» y que «ha sido realmente inspirador».
«Tenemos un enorme poder detrás de Donald Trump que aún no se ha desatado», dijo Kelly Heath, de 49 años, que vive en Georgia. «Se van a sorprender», agregó.
Varias encuestas dan a Trump como el favorito para ser el candidato republicano. El gobernador de Florida, Ron DeSantis, de 44 años, se perfila como su posible rival en las primarias.
El sábado, Trump mencionó que fue gracias a él que DeSantis avanzó en la política, y le recordó que tiene más apoyo ciudadano.
– Muerte y destrucción –
Trump también está bajo investigación federal por sus esfuerzos para anular su derrota en las elecciones de 2020 y por incitar los disturbios mortales en el Capitolio que sus partidarios lanzaron para detener la transferencia del poder a Joe Biden.
Pese a ello, Trump advirtió el viernes que una acusación en su contra, podría traer «muerte y destrucción potenciales» que «podrían ser catastróficas».
Sugirió que el fiscal de distrito de Manhattan, Alvin Bragg, que investiga el caso de los pagos indebidos, es un «psicópata degenerado que odia a Estados Unidos».
Trump, investigado también por el manejo de archivos clasificados de la Casa Blanca, asegura a menudo ser víctima de un misterioso «deep state» (Estado profundo o Estado en las sombras), en donde él involucra al FBI, una afirmación que muchos consideran una teoría conspirativa.