El aumento de los discursos contra la inmigración en un año en que casi la mitad de la población mundial vivirá elecciones en su país está agrietando nuestras sociedades, advierte Amy Pope, directora de la agencia de las Naciones Unidas para la migración.
La estadounidense, que el año pasado se convirtió en la primera mujer en dirigir la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), lamentó en una entrevista con la AFP esta semana las declaraciones contra los migrantes en «las campañas electorales en todo el mundo».
Algunos políticos los culpan de todos los males «ya sean las tasas de criminalidad o la inflación, el desempleo o la inseguridad». Según ella, los migrantes son objetivos «fáciles» porque «no votan».
En Estados Unidos, donde la inmigración es una cuestión candente de la campaña electoral, el republicano Donald Trump advirtió de una «invasión» en la frontera sur y dio a entender que algunos migrantes que entran al país «no son personas».
Unas declaraciones que pueden tener graves consecuencias, advirtió Pope, una abogada de 50 años que ha trabajado tanto para las administraciones demócratas como republicanas.
– «Deshumanización» –
«Cuando una población está deshumanizada, hay un aumento en los casos denunciados de violencia y discriminación», dijo, asegurando que «en última instancia, es malo para la sociedad».
También subraya que las declaraciones alarmistas rara vez se corresponden con lo que está sucediendo en realidad. «Los discursos y la realidad no tienen nada que ver».
En algunos países donde prosperan los ataques verbales contra los migrantes los necesitan para cambiar la economía, dijo Pope, citando como ejemplo la «escasez de mano de obra en Europa».
La directora general de la OIM también señaló que la revista The Economist ha demostrado recientemente que la inmigración ha participado en la recuperación de la economía estadounidense tras la pandemia de covid-19.
«Los países necesitan migrantes (…) y esta necesidad aumentará de manera bastante significativa en los próximos años», apunta Pope, reclamando rutas migratorias más seguras y legales.
Oficialmente 8.565 personas murieron en las rutas migratorias de todo el mundo en 2023, lo que lo convierte en el año más mortífero desde que comenzaron los registros hace diez años, según la OIM.
Sin embargo la cifra real «es ciertamente mucho, mucho, mucho más alta», dice Pope, y es probable que la tendencia al alza continúe a medida que la multiplicación de conflictos y los efectos del cambio climático acentúen la migración.
– «Necesidades urgentes» –
Según Pope, crear rutas migratorias seguras y legales es la mejor manera de evitar que las personas se embarquen en viajes peligrosos. «Las necesidades son urgentes», asegura.
«Nadie quiere ver un gran número de migrantes irregulares cruzando fronteras, cruzando el Mediterráneo o cruzando el Canal de la Mancha», dice, reconociendo que esto puede «crear presiones en las sociedades».
Sobre la situación en la frontera sur de Estados Unidos, la responsable de la OIM subraya que su «principal preocupación es que las personas tengan derecho a solicitar asilo», lamentando que las posibilidades de utilizar otras rutas de entrada «seguras, legales y regulares» sean «insuficientes».
«Esto subraya la urgencia real de encontrar mejores formas de satisfacer las necesidades migratorias» estadounidenses, asegura, de lo contrario «seguiremos sufriendo presiones en la frontera».