Por: Vinicio A. Castillo Semán
Hace 2 años y 2 meses este pueblo se levantó a votar en medio de una pandemia de Covid-19, harto de la corrupción rampante que caracterizó el gobierno Danilo Medina, con la ilusión de que aquellos funcionarios que hubieran desfalcado el erario público fueran a rendir cuentas ante la justicia.
El presidente Luis Abinader, cumpliendo con su promesa principal de campaña, nombró un Ministerio Público políticamente independiente del Presidente, en las personas de la magistrada Miriam Germán y la magistrada Yeny Berenice Reinoso, para que pudieran actuar y perseguir la corrupción, basada en pruebas fehacientes y no en persecuciones de tipo político.
Transcurridos más de 2 años, el país ha esperado la caída de los pejes gordos, en argot popular, que no es más que una expresión contra los responsables mayores del saqueo.
En el fin de semana han trascendido a los medios de comunicación diligencias concretas solicitadas por el Ministerio Público a los jueces, en las que se describe al exministro de Hacienda, Donald Guerrero, como el cabeza de un expediente de corrupción de 17,000 millones de pesos.
Ha trascendido que el Ministerio Público ha venido investigando lo que se considera el caso más grave de corrupción de este país en todos los tiempos.
Al parecer ya existen en manos del Ministerio Público espectaculares confesiones de muchos de los hombres claves del exministro de Hacienda y se especula en los próximos días caerán figuras denominados por el pueblo como “pejes gordos”, por los montos de miles y miles involucrados en el expediente en curso
Además de pedir castigo ejemplar para los funcionarios corruptos, el pueblo exigirá el decomiso de esas grandes fortunas de exfuncionarios involucrados en este gigantesco saqueo de fondos públicos.
¡Parece que le llegó la hora a los pejes gordos!
