El juicio de Donald Trump cerró una tercera semana marcada por el testimonio bomba de la exestrella de cine porno Stormy Daniels, en el centro del caso que ha sentado por primera vez a un expresidente de Estados Unidos en el banquillo.
Antes de la conclusión de la audiencia este viernes, el fiscal Joshua Steinglass indicó que la acusación llamará la próxima semana a dos nuevos testigos, sin revelar sus nombres, y que podrían ser los últimos por su parte
La mayoría de los comentaristas prevén que el lunes suba al estrado Michael Cohen, exabogado personal de Trump, quien fue el encargado de hacer el pago de 130.000 dólares a Daniels en la recta final de las elecciones presidenciales de 2016, y cuyo reembolso fue registrado como gastos legales.
Ante las quejas de Trump, sobre el que pende una orden que le prohíbe hablar de los testigos, el jurado o miembros de la corte, el juez Juan Merchan pidió a la fiscalía que comunique a Cohen que «se abstenga de hacer comentarios públicos» sobre el juicio o el magnate.
Al término del juicio, el jurado popular tendrá que determinar si el magnate falsificó 34 documentos contables para esconder el pago a Daniels, como acusa la fiscalía. Si es declarado culpable podría ser condenado a la cárcel, aunque ello no le impediría ser presidente en caso de que fuera el vencedor en noviembre del duelo contra Joe Biden.
Cohen ya se declaró culpable de fraude fiscal, violación de leyes de financiación de campaña electoral y de mentir al Congreso por lo que fue condenado a tres años de cárcel en 2018.
Entonces se comprometió a colaborar con la fiscalía, por lo que su testimonio es altamente esperado.
Junto a Daniels son las dos estrellas de este juicio histórico.
La exactriz explicó al jurado de Nueva York con todo lujo de detalles la aventura de una noche que tuvo con Trump, y que éste siempre ha negado, en un torneo de golf de famosos.
En su testimonio, describió el pijama de Trump, sus calzoncillos, la posición sexual y el hecho de que no llevara preservativo.
También dijo que no se sintió amenazada «ni verbal ni físicamente», aunque se sintió «avergonzada por no haberlo impedido, por no haber dicho que no».
La defensa, que trató de desacreditarla, alegó que estos detalles eran «extremadamente perjudiciales» para el caso que se centra la falsificación de documentos contables, por lo que presentó en dos ocasiones -el martes y jueves – una moción para anular el juicio, lo que rechazó el juez.
– Amenazado con la cárcel –
La semana se inició con un nuevo rapapolvo del juez al magnate republicano por desacatar una vez más su prohibición de hablar de los testigos, el jurado y personal de la corte en las redes sociales.
Como las multas por desacatar dicha orden, que ascienden a 10.000 dólares, no parecen tener efecto, el juez le amenazó con meterle en la cárcel.
Como cada día, Trump volvió a arremeter este viernes a su llegada al tribunal contra este juicio «horrible» destinado, según él, a impedirle que haga campaña, aunque anunció que el sábado dará un mitin en el vecino Nueva Jersey.
Tras dos días electrizantes por la declaración de una de las testigos estrella del juicio, este viernes se sucedieron en el estrado Madeleine Westerhout, exasistente de Trump, que explicó cómo el magnate dirigía sus negocios, y dos especialistas de empresas de telefonía interrogados sobre llamadas telefónicas.
Además del caso de Nueva York, Trump ha sido acusado en Washington y Georgia de conspirar para anular los resultados de las elecciones de 2020 y en Florida por presunta manipulación indebida de documentos clasificados tras dejar la Casa Blanca, pero ese caso ha sido aplazado indefinidamente.