Estados Unidos prohibió este miércoles el ingreso al expresidente panameño Ricardo Martinelli por aceptar «sobornos», una medida que incluye a sus familiares, entre ellos dos hijos que regresaron a Panamá tras cumplir en el país norteamericano una condena por cobro de coimas a la constructora brasileña Odebrecht.
«Martinelli aceptó sobornos a cambio de adjudicar indebidamente contratos gubernamentales durante su mandato como presidente» lo que hace a «Martinelli y a miembros de su familia inmediata inelegibles para entrar a los Estados Unidos», dice una declaración del secretario de Estado, Antony Blinken, divulgada por la embajada norteamericana en Panamá.
La nota fue publicada poco después de la llegada a Panamá de los hermanos Luis Enrique y Ricardo Martinelli, tras cumplir este miércoles su condena en Estados Unidos.
Los hijos del exmandatario, quien aspira a presentarse nuevamente a las elecciones presidenciales de 2024, llegaron en un vuelo comercial al aeropuerto internacional de Tocumen de la capital panameña.
Ambos partieron desde el aeropuerto de Newark (Nueva Jersey) custodiados por agentes del servicio de inmigración estadounidense, indicó su abogado, Carlos Carrillo.
– Padre e hijos a juicio-
Los hermanos Martinelli están imputados en Panamá, junto a su padre, por presunto blanqueo de capitales en el caso Odebrecht y por otro escándalo conocido como «Blue Apple», una trama para el cobro de comisiones para agilizar contratos durante el gobierno de Martinelli (2009-2014)
Los hijos de Martinelli cumplieron dos años y medio de los tres años de condena que les impuso la justicia estadounidense, y pagaron una multa de 250.000 dólares, por recibir 28 millones de dólares en sobornos del gigante brasileño de la construcción Odebrecht, de los cuales 19 millones transitaron por cuentas norteamericanas.
De la condena fijada por la justicia estadounidense, se descontó el tiempo que habían permanecido detenidos primero en Guatemala y después en Estados Unidos.
En la audiencia en la que se anunció el fallo, los abogados de los hermanos, que se habían declarado culpables de los cargos que les imputaba la fiscalía estadounidense, acusaron al expresidente Martinelli de haber inducido a sus hijos a cometer los delitos.
Por este caso, también está llamado a juicio en Panamá el expresidente de 70 años, quien niega haber recibido «ningún real mal habido» y afirma que todo se trata de «un circo político» para evitar que se postule nuevamente a la presidencia.
La fiscalía panameña acusa a Martinelli y a sus hijos de recibir sobornos de Odebrecht entre 2009 y 2015, a través de sociedades pantalla.
«Se evidencia que los señores Ricardo Alberto y Luis Enrique Martinelli Linares estuvieron recibiendo dineros ilícitos provenientes de la caja no contabilizada de Odebrecht», señaló el auto de llamamiento a juicio.
«El ministerio público está con amplias expectativas de que estas dos personas (…) enfrenten la responsabilidad penal que se les está indilgando», afirmó el martes el fiscal jefe de Panamá, Javier Caraballo, sobre los hijos del exmandatario.
Sin embargo, los hermanos no fueron detenidos a su llegada a Panamá porque pagaron cada uno siete millones de dólares en fianzas: dos millones por el caso Odebrecht y cinco millones por el de «Blue Apple», según el abogado Carrillo.
– «Objetivo, impunidad» –
En 2016, Odebrecht se declaró culpable en Estados Unidos de haber distribuido más de 788 millones de dólares en sobornos a jerarcas gubernamentales, básicamente en América Latina, para conseguir y retener obras de infraestructuras principalmente.
En Panamá, donde Odebrecht se hizo con contratos millonarios bajo el gobierno de Martinelli, la compañía brasileña reconoció haber pagado 59 millones de dólares en coimas.
La declaración de Blinken es «contundente» porque Estados Unidos señala a Martinelli «como un corrupto», dijo el presidente del opositor Partido Panameñista (derecha), José Blandón.
Los hermanos Martinelli «deberán afrontar la justicia panameña, será un camino lleno de trampas y obstáculos que esperamos puedan ser superados por los operadores judiciales», afirmó a la AFP la presidenta en Panamá de la ONG Transparencia Internacional, Lina Vega.
«El objetivo [de los hermanos] es la impunidad y sobran recursos» para lograrlo, dijo Vega. «También veremos, sin duda, los espectáculos de mal gusto que suele protagonizar el jefe del clan», añadió.
Los dos hermanos huyeron de Estados Unidos el 25 de junio de 2020, pero fueron detenidos ese año en Guatemala cuando pretendían viajar en un vuelo privado a su país.
Posteriormente, fueron extraditados a Estados Unidos, donde la justicia los acusó de utilizar los bancos de este país para cometer su fraude «egoísta y avaricioso».
Según la Fiscalía estadounidense, los Martinelli invirtieron cifras millonarias de los sobornos en empresas, acciones, bonos y la adquisición de bienes de lujo, como un yate y un lujoso condominio en Miami.
«Es una prueba más al sistema de justicia panameño, que ha tenido a lo largo de su historia varias pruebas y lamentablemente los resultados no han sido positivos. Literalmente se puede esperar cualquier cosa, ya nada sorprende», dijo el jurista Carlos Barsallo a la AFP.