La Casa Blanca desveló este miércoles un paquete de ayudas y subvenciones por valor de casi 20.000 millones de dólares para que el gigante estadounidense de los semiconductores Intel aumente su producción de esos componentes tecnológicos esenciales.
Es la mayor cantidad anunciada hasta la fecha por la administración del presidente Joe Biden para combatir el poder de China en esa industria, ahora crucial en el desarrollo de la inteligencia artificial.
El mandatario decidió hacer este anuncio durante un viaje de campaña a Arizona para poner de relieve las medidas adoptadas durante su mandato en estados que probablemente serán decisivos en las presidenciales de noviembre que disputará con Donald Trump.
«El Departamento de Comercio ha llegado a un acuerdo preliminar con Intel para proporcionar hasta 8.500 millones de dólares en financiación directa y 11.000 millones de dólares en préstamos al amparo de la Ley de Chips y Ciencia», informó la Casa Blanca en un comunicado.
Esta ley, que data de 2022, prevé 52.700 millones de dólares para impulsar la producción de chips informáticos en Estados Unidos.
La financiación anunciada este miércoles se utilizará «para construir y ampliar la infraestructura de Intel en Arizona, Ohio, Nuevo México y Oregón», añadió el gobierno.
Gracias a estas inversiones, se espera la creación de cerca de 30.000 empleos directos y «el mantenimiento a decenas de miles de puestos de trabajo indirectos».
El mayor número de estos empleos se prevén en Arizona y Ohio, considerados estados «bisagra» por su probabilidad de decantarse o por demócratas o por republicanos en las presidenciales del 5 de noviembre.
La secretaria de Comercio, Gina Raimondo, declaró a los periodistas antes del anuncio oficial que Intel invertirá el equivalente a más de 100.000 millones de dólares en esa industria.
Según la funcionaria, es una de las mayores inyecciones jamás realizadas en la industria de semiconductores del país.
La iniciativa acercará a Estados Unidos a su objetivo de producir el 20% de los más modernos chips del mundo en 2030, añadió, señalando que el nivel actual es cero.
«Dependemos de un número muy reducido de fábricas en Asia para todos nuestros microprocesadores más sofisticados. Esto es insostenible e inaceptable», comentó la secretaria.
La Casa Blanca ha indicado que Intel también tiene la intención de acogerse a una desgravación fiscal por inversión de hasta el 25% de determinados gastos, lo que podría aumentar significativamente el apoyo financiero que reciba del gobierno estadounidense.