Dos autobuses con 88 migrantes a bordo, mayoritariamente colombianos y nicaragüenses, llegaron este viernes a Filadelfia, en el noreste de Estados Unidos, desde el estado de Texas, fronterizo con México, afirmó a la AFP una asociación humanitaria.
Se trata sobre todo de hombres, aunque también hay mujeres y cinco niños, que cruzaron la frontera con Estados Unidos cerca de Eagle Pass, en Texas, dijo.
Desde hace varios meses, Texas y otros estados republicanos del sur alquilan autobuses para enviar migrantes a ciudades del noreste de Estados Unidos gobernadas por demócratas en señal de protesta contra la política migratoria del presidente Joe Biden.
“No sabían qué les esperaba en Filadelfia. De hecho les sorprendió positivamente que un grupo de personas les estuviera esperando en la estación de autobuses con ropa, café y mantas, porque el clima es bastante frío aquí en este momento”, dijo a la AFP Emilio, de la Asociación Casa de Venezuela, quien fue uno de los que se movilizaron para recibirlos.
La asociación intenta “reubicar a tantos como sea posible”, añade Emilio, quien no quiso dar su apellido. “La mayoría de ellos tratan de ir a Nueva York”, añadió.
La AFP contactó en vano con la oficina del gobernador de Texas, Greg Abbott.
Esta nueva operación se produce días antes de que se levante una norma sanitaria, llamada “Título 42”, que permite a las autoridades estadounidenses bloquear a los migrantes que intentan cruzar la frontera estadounidense.
La medida, puesta en marcha en 2020 por el gobierno del presidente republicano Donald Trump para frenar la pandemia de covid-19, es considerada “inhumana” por sus detractores y un juez la prohibió en noviembre, aunque dio de plazo a las autoridades hasta el 21 de diciembre para prepararse.
Los republicanos se oponen a la llegada masiva de migrantes, en su inmensa mayoría latinoamericanos, y han emprendido medidas, algunas muy polémicas, para expulsarlos de sus estados.
A mediados de septiembre, el gobernador de Florida y potencial candidato a las presidenciales de 2024 Ron DeSantis envió dos aviones de migrantes a la isla de Martha’s Vineyard (noreste), lugar de veraneo de los ricos donde pasan las vacaciones los Kennedy, los Clinton o los Obama.
La semana anterior, su homólogo texano, entonces en campaña por la reelección, despachó dos autobuses de migrantes a una zona cercana a la residencia de la vicepresidenta demócrata Kamala Harris, en Washington.
Según expertos, la mitad de la escasez de mano de obra que se observa en Estados Unidos, estimada en total en unos 3,5 millones de empleos por la Reserva Federal, está ligada a la falta de migrantes.
En el año fiscal que va del 1 de octubre hasta el 30 de septiembre pasado, se ha interceptado a 2.229.718 migrantes en la frontera entre Estados Unidos y México, según la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP) estadounidense.